jueves, 2 de diciembre de 2010

Otra anécdota del drama pasado y las ganas.

FOTO: "El efecto refexión", por Adu. Basilea, julio de 2007. En el ángulo superior izquierdo, aparece reflejada, de espaldas y en la acera de en frente, mi amiga Pipé.
Será la portada de mi próxima auto-edición-publicación si nada lo impide.


Recuerdo a mi hermana Marga, mirando su block de notas en mano, diciendo en la consulta del neurólogo:

- ... Es que hace cosas muy raras... por ejemplo: ella es muy creativa y ahora no escribe...

Aquello me impresionó porque me demostró:

a) Que mi hermana me observaba y me leía
b) Que me considera "muy creativa" y
b) Que a ella le parecía un síntoma evidente de deterioro el hecho de que yo no escribiera.

Es cierto que estaba tan degradada, tan degradada, que apenas escribía y, aunque nunca dejé de hacerlo del todo, no "subía" cosas a mi blog porque me parecían horrorosas.
Lo primero que recuperé fueron las ganas de hacerlo. Poco a poco, también la calidad. Aún ando algo baja de creatividad, por eso aprovecho para recopilar y editar mis escritos.

Aquella consulta del neurólogo en una conocida clínica madrileña sucedió a primeros de julio, justo unos días después de la visita al Psiquiatra Super Altivo Elegante. Mi hermana hablaba (esta vez mi hermano no pudo venir y mi "cuñadito" esperaba fuera). El neurólogo, la escuchaba con cara de ateo en Misa, y finalmente, ante la insistencia de mi Marga nos dio el "volante" para las famosas pruebas. Dijo a la vez que las extendía:

- Mire señora, le voy a ordenar las pruebas porque estoy obligado a hacerlo pero en fin... esto no es así... tendría que haber otros síntomas...

Mientras tanto, yo, como un niño pequeño de la mano de su madre, sin comprender nada pero dejándome llevar.

Escribo esto por si algún día alguien duda de que mis hermanos me salvaron la vida.
+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++

Creo que ya he escrito varias veces en este diario que las ganas son muy importantes, que el cuerpo no me sigue pero que con la cabeza voy a todas partes. Quiero decir, que me comería el mundo si pudiera. Obviamente no puedo aún.

En la última fase antes de la operación estaba absolutamente desganada. Me daba pereza cualquier cosa: hablar, moverme, salir con amigos o amigas... Me pasaba el día tumbada viendo la tele, cosa que no he hecho en la vida, todo el día pegada a la UNO. Desayunaba con las noticias (esto me sigue gustando porque, entre otras cosas, como no leo la prensa, al menos me entero de los titulares de TODOS los periódicos del día). La mañana me la chupaba toda entera con el saber vivir (recuerdo los sanfermines contados por Mariló Montero como cosa última - qué cerca estaba ya mi ingreso en el Hospital-). Me veía hasta las fotonovelas esas que tienen tres millones de capítulos y nunca pasa nada, todos los personajes son malísimos y buenísimos... Entendí por qué a la masa general le gustan este tipo de programas: no tienen que pensar, es muy cómodo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario