sábado, 20 de noviembre de 2010

La magia de lo sin hilos.

FOTO: El cielo de Ithaca, por Adu. Abril de 2009.
Llevo una semana de acoplamiento. Por fin tengo un pincho (la naranja mecánica lo llamo yo) que funciona cuando quiero sí y cuando me da la gana no. Esta mañana sin ir más lejos tenía la entrada preparada, larguísima, que me había quedado requetebien y... ¡zas! se ha ido de paseo y no ha vuelto.

Hablando de paseo, me paseo a diario. Noto que he ganado mucho en estabilidad y en velocidad. Aquí no puedo medirla pero se nota.
Estoy contenta.
Siento que Madrid, con todos sus inconvenientes, que son muchos y nada desdeñables, "me pertenece" en cierto modo.
Me voy imponiendo metas a muy corto plazo. Las de este mes son:

- Decidir el futuro de mi perrito Pepo (se quedó en la residencia canina de Zamora para un fin de semana en junio y ... hasta ahora).
- Montar en autobús.

Estoy en ello (no en el autobús, pero lo estaré antes del 30). Me refiero a Pepo.
Cuando logre independizarme (ya va quedando menos) quiero una gatita a la que llamaré Adu.
Mañana más.

2 comentarios:

  1. Tienes un blog conciso, sincero y reconfortantemente cotidiano. Con tu permiso, te sigo, aunque sea para saber qué pasará con Pepo y si finalmente conseguirás esa gatita ;)

    ¡Saludos!

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  2. Querida, Pepo y Adu, se harán y te harán una maravillosa compañía. Doy Fe.
    Adelante, niña!

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