viernes, 8 de enero de 2010

Otra vez. Soledad de nuevo en la garganta.

Otra vez mi querido poetácrata me ha echado un jarro de agua gélida, como el tiempo que hace estos días. Andaba yo pensando, dando vueltas a sus silencios, ahora ya no me cabe ninguna duda: la referencia a los girones de sus musas me da la definitiva señal. Me ha dejado aplastada, aunque no más que otras veces, que a todo se acostumbra uni.
Pues vale.
Comienzo de nuevo en otra pista, de hecho ya tenía pensado empezar otro blog con mi crudo diario, a secas, sin artificios ni símbolos.
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Ese viernes estaba convencida de que se cerraba una página de mi vida y comenzaba otra etapa, por así decirlo. Se cerraba Béjar y se abría Toro.
Ahora ya no estoy segura (no estoy segura de nada).

2 comentarios:

  1. Ummm, esto creo que me va a gustar un ovario...
    Espiezas desolada y no me queda más remedio que decirte "mi niña, nadie merece tu soledad".
    Un besazo enorme.

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