Todos nos hemos hecho esta pregunta alguna vez.
Pero en realidad yo hoy no me quería extender en cuestiones metafísicas, que mira que tengo ganas, sino más bien en el infierno español, por aquello de
"... cuando no falta el bote, falta la mierda"
(chiste muy malo que -no sé por qué- se me quedó grabado).
Llevo una semana que eso, cuando no falta el bote falta la caca, y me empieza a entrar complejo de que poseo poderes ultrasónicos que se encargan de romper ordenadores, impresoras, teléfonos... Pero no, es que desde que nació el wi-fi, la frontera entre la física y la magia se ha diluido y una ya no sabe ni quién es ni dónde está ni qué es lo que está pasando, salvo que ando mucho más deprisa hasta que me caigo. Eso me ha dicho la psicoterapeuta:
- Adu, no te lances, que en cuanto te encuentras mejor te quieres comer el mundo.
Y me tengo que acordar de que el mundo no es comestible, más bien el mundo nos come a nosotros (si es que nos dejamos, claro).
Y así, ni somos nada ni las paredes se quedan con la pintura aromática, a lo que se nos condenó por haber sido malos.
Si no se me rompe nada, mañana más (suponiendo que haya bote y que haya mierda).
Sin prisa pero sin pausa, es lo mejor, Adu. Un beso.
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