Así fue la del viernes 29 de enero.
Luna llena y ella, trajo la primera luz a esta tiniebla que es mi vida, constantemente zarandeada.
Gracias, Dani.
Yo también lo paso mal. Me caigo y me levanto; me vuelvo a caer, y me vuelvo a levantar. Y otra vez y otra y otra. Nunca cesar, esa es la clave: nunca, nunca, por nada del mundo, tirar la toalla.
Y hoy ya es sábado y estoy en Madrid, en casa de tu yaya, osease mimomó.
Pues que sepas que te leo, lo que pasa es que hasta hoy no había visto todas estas entradas.
ResponderEliminarEsa es la mentalidad que hay que tener: nunca decir: "no puedo más y aquí me quedo..." Me alegra que Dani te haya despertado, aunque fueran las 4 de la mañana. Yo también a veces (más de las que quisiera) me siento vieja.
Hoy brindaré por ti.
Toujours en avant.
Gros bisous