jueves, 25 de marzo de 2010

Jueves y capítulo II

Qué cosas que cuando uno(a) se decide a hacer lo que realmente le gusta, y puede hacerlo sin ningún remordimiento de conciencia porque acaba de descubrir que SOY RICA JODER: lo bastante como para vivir el resto de mis días de las rentas y eso me debería hacer saltar de júbilo. LIBRE, soy libre como el viento y las amapolas. Jesús, qué alivio, oye tú.
Bueno, pues como iba diciendo, que cuando una acaba de descubrir eso de que soy rica y libre y por tanto, debería estar feliz, saltando de alegría ¿no? Pues resulta que no, que estoy más decaída que mi tía/madrina Lupe que se pasó los últimos treinta años de su vida en la cama, enferma de depresión. Tengo unos cuantos antecedentes familiares de trastornados mentales. Nada hay que provoque tanto pánico a la gente como la enfermedad mental. Dices que estás un poco payá y huyen despavoridos. Lo tengo comprobado.

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