Diario incombustible
SEGUNDO BLOG DE ADU. Comenzó sin un propósito fijo salvo el de dar continuidad al hábito de escribir y se convirtió en algo de gran valor testimonial: Progresiva decadencia, MENINGIOMA, operación y recuperación.
jueves, 30 de diciembre de 2010
Adiós cigüeña... ¡adiós!
Con la inminente llegada del 2011, cierro este blog porque siento que este ciclo ya también acabó.
Mi año 2010 que empezó fatal y acabo fantástico. Acaba hoy, ahora.
Ayer estuve un ratito con Cuca y Kiko que me recordaron los Kikocuentos y me infundieron ganas de reorganizar el trabajo dormido.
Vinieron a comer conmigo mis colegas María V. y JFJ y celebramos nuestros 36 años de amistad con muchas carcajadas, alguna foto y proyectos de viajes y más risas en común. Subo las fotos que hemos hecho con el móvil de JF.
Cerró el día la llamada de mi amigo del alma JC, a quien acabo de nombrar "número uno de mi club de fans" porque ya lleva diez libritos míos regalados y me ha encargado otros cuatro.
Habrá un diario 2011, lo habrá, pero ahora me voy a dormir porque han sido demasiadas emociones para un cuerpo aún algo débil.
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PRIMERO DE ENERO DE 2011.
YA HE COMENZADO MI NUEVO DIARIO.
http://diariodeadu2011.blogspot.com
lunes, 27 de diciembre de 2010
Doña Rosita y sus compras
Rosita tiene ya ochentaytantos y siempre fue muy coqueta. A ella le gusta que la llamen "Doña Rosita", como a casi todos los de su generación porque, al parecer, procede de cuando quienes habían alcanzado el título de bachillerato, merecían ese tratamiento y se acostumbraba a hacerlo por deferencia, tuvieran ese nivel cultural o no.
A Doña Rosita le gusta mucho ir de tiendas desde siempre, pero no a cualquier tienda, no, sino a las más caras, a las de firma, a las de nombre, a las "mejores". En sus tiempos de prosperidad se lo podía permitir y se lo permitió holgadamente. También, hay que reconocerlo, hubo anteriormente tiempos difíciles y supo tirar con un par de modelitos al año, estilosos y de buena calidad, pero solo un par. Así, Doña Rosita vivió hasta que tuvo la desgracia de enviudar.
A partir de ese momento, su vida comenzó la trayectoria caótica sin retorno. Por un lado, porque ni Doña Rosita ni su marido estaban acostumbrados a "echar cuentas", elemental procedimiento matemático de ecuación:
LO QUE ENTRA = LO QUE SALE + LO QUE SE AHORRA
Aunque a veces el término "lo que se ahorra" es igual a cero.
Cuando el término "lo que sale" empieza a ser mayor de "lo que entra", hemos de tomar medidas. O eso es lo que hacemos la mayoría de la gente normal. (Inciso: ¿y qué es "normal"? ... ¡ah!, ¿quién se atreve a definirlo?)
La cuestión es que Doña Rosita nunca pudo con esa, en apariencia sencilla, operación aritmética. Nunca se le dieron bien las matemáticas. Una pena (o no).
La puntilla fue hace bien poco. Conversando de las ventajas e inconvenientes de utilizar tarjetas, de débito, de crédito o cualquiera de las versiones que existen en el mercado, Doña Rosita opinó:
- Pues a mí lo de la tarjeta me gusta muchísimo. Es la mar de cómodo. Metes la tarjeta en un cacharrito, le dan a un botón y yo sólo tengo que firmar. No hay que pagar ni nada, ellos se encargan de todo... Digo yo si será que lo pagan entre los comerciantes o algo así...
Sus hijos, presentes en la conversación se cruzaron las miradas. Al final, yo estallé en carcajadas y le dije:
- Doña Rosita, me acaba usted de inspirar un relato, esto tengo que contarlo, gracias.
Creo que le di un beso, no recuerdo bien.
Queda una vez más demostrado que la realidad supera la ficción y que la vida es constante fuente de inspiración.
La realidad supera la ficción
La vida, fuente de inspiración
¿Endecasílabos?
A Doña Rosita le gusta mucho ir de tiendas desde siempre, pero no a cualquier tienda, no, sino a las más caras, a las de firma, a las de nombre, a las "mejores". En sus tiempos de prosperidad se lo podía permitir y se lo permitió holgadamente. También, hay que reconocerlo, hubo anteriormente tiempos difíciles y supo tirar con un par de modelitos al año, estilosos y de buena calidad, pero solo un par. Así, Doña Rosita vivió hasta que tuvo la desgracia de enviudar.
A partir de ese momento, su vida comenzó la trayectoria caótica sin retorno. Por un lado, porque ni Doña Rosita ni su marido estaban acostumbrados a "echar cuentas", elemental procedimiento matemático de ecuación:
LO QUE ENTRA = LO QUE SALE + LO QUE SE AHORRA
Aunque a veces el término "lo que se ahorra" es igual a cero.
Cuando el término "lo que sale" empieza a ser mayor de "lo que entra", hemos de tomar medidas. O eso es lo que hacemos la mayoría de la gente normal. (Inciso: ¿y qué es "normal"? ... ¡ah!, ¿quién se atreve a definirlo?)
La cuestión es que Doña Rosita nunca pudo con esa, en apariencia sencilla, operación aritmética. Nunca se le dieron bien las matemáticas. Una pena (o no).
La puntilla fue hace bien poco. Conversando de las ventajas e inconvenientes de utilizar tarjetas, de débito, de crédito o cualquiera de las versiones que existen en el mercado, Doña Rosita opinó:
- Pues a mí lo de la tarjeta me gusta muchísimo. Es la mar de cómodo. Metes la tarjeta en un cacharrito, le dan a un botón y yo sólo tengo que firmar. No hay que pagar ni nada, ellos se encargan de todo... Digo yo si será que lo pagan entre los comerciantes o algo así...
Sus hijos, presentes en la conversación se cruzaron las miradas. Al final, yo estallé en carcajadas y le dije:
- Doña Rosita, me acaba usted de inspirar un relato, esto tengo que contarlo, gracias.
Creo que le di un beso, no recuerdo bien.
Queda una vez más demostrado que la realidad supera la ficción y que la vida es constante fuente de inspiración.
La realidad supera la ficción
La vida, fuente de inspiración
¿Endecasílabos?
miércoles, 22 de diciembre de 2010
Lotería Nacional
FOTO: Número que jugábamos en la resi y que NO ha sido agraciado, en versión digitalizada. Por fin le voy cogiendo el tranquillo al escáner.
PREGUNTA FILOSÓFICA: ¿Entrará en el bombo la bola cero cero mil cero cientos cero cero? Me recuerda a un chiste, pero no, en serio yo creo que sí, que el 00000
sí que entra en el sorteo, como el 99999. Creo yo.
Otra cosa es si lo compra alguien porque, a ver, ¿quién va a comprar ese número? Cero compradores del número cero. Parece el título de una obra de teatro: CERO COMPRADORES DEL NÚMERO CERO.
Por una parte estoy muy contenta porque NO me ha tocado la lotería. Había tenido la premonición de que sí.
Como me abdujeron y ahora soy algo bruja, tuve esta visión: las cámaras de TV en la puerta de la resi y las viejecitas caturreando a la par que las auxiliares saltaban y brindaban con champán del malo... y yo subía a refugiarme en mi habitación porque me daba mucho corte (posibilidad “a”), o bien (posibilidad “b”), me daba la vena valiente y decía ante los micrófonos:
• A mí ya me tocó la lotería este año: estuve a punto de perder la vida y la gané, ¿que más lotería puedo desear?
Ese mismo día, saqué pasta (unos 170 euros) de mi cuenta que utilizo ahora solo para caprichos e imprevistos pequeños. Con ellos compré ocho décimos (el cuento de la lechera) y los repartí entre la gente más querida. Y me quedé uno porsi.
Como no ha tocado deduzco que mi visón fue una tontería y que no estoy abducida o bien que el neurocirujano que me operó es fino fino.
En fin, que no me compraré el pisito en Madrid pero estoy muy tranquila porque ahora cada vez que intuyo un mal presagio sabré que es una tontería.
PREGUNTA FILOSÓFICA: ¿Entrará en el bombo la bola cero cero mil cero cientos cero cero? Me recuerda a un chiste, pero no, en serio yo creo que sí, que el 00000
sí que entra en el sorteo, como el 99999. Creo yo.
Otra cosa es si lo compra alguien porque, a ver, ¿quién va a comprar ese número? Cero compradores del número cero. Parece el título de una obra de teatro: CERO COMPRADORES DEL NÚMERO CERO.
Por una parte estoy muy contenta porque NO me ha tocado la lotería. Había tenido la premonición de que sí.
Como me abdujeron y ahora soy algo bruja, tuve esta visión: las cámaras de TV en la puerta de la resi y las viejecitas caturreando a la par que las auxiliares saltaban y brindaban con champán del malo... y yo subía a refugiarme en mi habitación porque me daba mucho corte (posibilidad “a”), o bien (posibilidad “b”), me daba la vena valiente y decía ante los micrófonos:
• A mí ya me tocó la lotería este año: estuve a punto de perder la vida y la gané, ¿que más lotería puedo desear?
Ese mismo día, saqué pasta (unos 170 euros) de mi cuenta que utilizo ahora solo para caprichos e imprevistos pequeños. Con ellos compré ocho décimos (el cuento de la lechera) y los repartí entre la gente más querida. Y me quedé uno porsi.
Como no ha tocado deduzco que mi visón fue una tontería y que no estoy abducida o bien que el neurocirujano que me operó es fino fino.
En fin, que no me compraré el pisito en Madrid pero estoy muy tranquila porque ahora cada vez que intuyo un mal presagio sabré que es una tontería.
martes, 21 de diciembre de 2010
Goethe, la Bauhaus y el Románico
Leyendo a Kundera, me entró curiosidad por Goethe y esta mañana la he pasado en la biblioteca del Instituto Goethe en Madrid, Calle Zurbarán 21. Un edificio precioso, antiguo palacete sin duda, cercano a la Castellana.
Me habían recomendado una traducción de Rosa Sala que me tenían allí reservadita para mí. Me gusta.
También he estado mirando un libro grandote sobre la Bauhaus que me recordaba mis tiempos de la ETSAM y me acordé mucho también de María V., de JF y de Maribel (qepd), ya que hicimos un trabajo sobre la Bauhaus que nos quedó muy lucido, me parece que se lo quedó Maribel... ¿estará con ella en el cielo?
También me entretuve en mirar capiteles, cristos y tímpanos del Románico, que siempre me ha gustado mucho más que el gótico, y especialmente esas esculturas tan infantiles: rígidas, cándidas, como muñecos...
Llovía a la ida discretamente. A la vuelta llovía, primero muy poco, después más y más hasta que he "pillado" un taxi libre. Es en lo único que gasto ahora: en taxis, y poco, porque siempre que puedo voy andando (tengo todo el tiempo para llegar). Creo que, estando descansada, he recuperado mi velocidad normal.
Esta tarde toca recogimiento: ordenar papeles y contestar e-mails.
Mañana, como nos va a tocar la lotería (soy poco original en esta esperanza, lo confieso), un problema nuevo se nos planteará. Yo ya he decidido en qué emplearlo: comprarme un pisito en Madrid.
Y en un par de días entramos de lleno en las ñoñadades. Lástima de eclipse que nos perdimos anoche por estar el cielo nublado.
Me habían recomendado una traducción de Rosa Sala que me tenían allí reservadita para mí. Me gusta.
También he estado mirando un libro grandote sobre la Bauhaus que me recordaba mis tiempos de la ETSAM y me acordé mucho también de María V., de JF y de Maribel (qepd), ya que hicimos un trabajo sobre la Bauhaus que nos quedó muy lucido, me parece que se lo quedó Maribel... ¿estará con ella en el cielo?
También me entretuve en mirar capiteles, cristos y tímpanos del Románico, que siempre me ha gustado mucho más que el gótico, y especialmente esas esculturas tan infantiles: rígidas, cándidas, como muñecos...
Llovía a la ida discretamente. A la vuelta llovía, primero muy poco, después más y más hasta que he "pillado" un taxi libre. Es en lo único que gasto ahora: en taxis, y poco, porque siempre que puedo voy andando (tengo todo el tiempo para llegar). Creo que, estando descansada, he recuperado mi velocidad normal.
Esta tarde toca recogimiento: ordenar papeles y contestar e-mails.
Mañana, como nos va a tocar la lotería (soy poco original en esta esperanza, lo confieso), un problema nuevo se nos planteará. Yo ya he decidido en qué emplearlo: comprarme un pisito en Madrid.
Y en un par de días entramos de lleno en las ñoñadades. Lástima de eclipse que nos perdimos anoche por estar el cielo nublado.
domingo, 19 de diciembre de 2010
Desnuda tu prosa
Desnuda tu prosa de floritura
y tendrás Literatura.
(Yo)
Jo. Qué me está dando la vena poética. ¿Será por leer "La inmortalidad" de Kundera?, que me fascina, tanto como lo hizo "La insoportable levedad del ser". Puedo leer como mucho cuatro capítulos al día, tal es su profundidad. Pero ¡ojo! no es nada pedante.
Leerlo me está suscitando curiosidad por Goethe, del que leí algo en mi juventud. La semana próxima voy a ver si puedo acercarme a la biblioteca del Instituto Goethe en Madrid, con el que ya he contactado para que me recomendaran alguna traducción buena de "Poesía y verdad".
"Poesía y verdad" es un capítulo o parte de "Memorias de mi vida", de Goethe, que mencionó Paco, el padre de Celia, hace dos millones de años, cuando el tiranosaurio andaba a sus anchas por aquel jardín de Jávea, creo.
y tendrás Literatura.
(Yo)
Jo. Qué me está dando la vena poética. ¿Será por leer "La inmortalidad" de Kundera?, que me fascina, tanto como lo hizo "La insoportable levedad del ser". Puedo leer como mucho cuatro capítulos al día, tal es su profundidad. Pero ¡ojo! no es nada pedante.
Leerlo me está suscitando curiosidad por Goethe, del que leí algo en mi juventud. La semana próxima voy a ver si puedo acercarme a la biblioteca del Instituto Goethe en Madrid, con el que ya he contactado para que me recomendaran alguna traducción buena de "Poesía y verdad".
"Poesía y verdad" es un capítulo o parte de "Memorias de mi vida", de Goethe, que mencionó Paco, el padre de Celia, hace dos millones de años, cuando el tiranosaurio andaba a sus anchas por aquel jardín de Jávea, creo.
sábado, 18 de diciembre de 2010
La flor de Pascua, el negrito y el supermercado.
Después de unos días intensos de papeleo, llamadas y emociones (positivas y negativas), llegó el viernes y mi cita con la psicoterapeuta Yolanda. Comió aquí mi prima Paloma y me acercó hasta la zona y, como sobraba tiempo, me tomé un café y di una vuelta. En esto que me fijo que en la esquina donde hay una tienda de flores, muy bonita la tienda y muy bonita la flor.
Ya la semana pasada me dijo Yolanda que merecía un premio por mi auto-control, pero no supe decidirme por nada. Días más tarde recordé una preciosa pascua bicolor que había visto en una floristería junto a la casa donde viví mis primeros veinte años. Había preguntado su precio, veintidós euros, y me dije que lo pensaría.
Después del premio no materializado y la semana de sobresaltos y autocontrol extra, había yo ya tomado la decisión de comprarme la flor, aunque aún me dolían los veintidós euros.
Pero ayer, ese viernes, se me apareció una gemela de mi soñada flor y entré a preguntar.
- Son diez euros... me parece que sólo queda esa - me dijo el dependiente.
- ¡Me la llevo!
Me quedé tan contenta.
Iba yo por una estrecha y céntrica calle con mi bolso, ya habitualmente grande (¡qué tiempos aquellos en que los bolsos suscitaban la curosidad varonil!). Además, me había comprado unas magdalenas para desayunar y ahora, la flor.
Cuando voy a psicoterapia, como hablo mucho, me gusta llevar una botellita de agua para poder beber en las pausas. Con mis paquetes a cuestas, apenas se me veía y además estaba cansada del día, de la semana y del volumen. Paso por delante de un supermercado pequeño (no soporto los grandes) y me acuerdo del agua, pero... ¡cómo pasar de aquella guisa!
CONTINUARÁ
viernes, 17 de diciembre de 2010
Hogar, dulce hogar.
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